La genialidad de Lars Von Trier.
Hace poco en una entrevista al diario ‘Politiken’, el
director danés declaró que recurría a las drogas y el alcohol para realizar sus
películas, y que ahora que las ha dejado, teme no poder seguir haciendo buen
cine.
“No sé si voy a poder hacer más películas, y eso me
atormenta”. Afirma el cineasta que también añadió que “ninguna expresión
creativa con valor artístico ha sido nunca creada por ex alcohólicos o ex
drogadictos”.
Lars Von Trier. |
Efectivamente la historia nos ha enseñado que muchos de
los grandes genios se lanzaron al consumo de todo tipo de drogas de cambio de
comportamiento. Tenemos el ejemplo de Edgar Allan Poe con el alcohol o William
Shakespeare con otras drogas para dar fe de ello.
Al parecer su coqueteo con las drogas ha generado obras como
Bailar en la Oscuridad (2000), Dogville (2003), Manderlay (2005) o Anticristo
(2009), filmes en los que Lars ha conseguido plasmar lo que él ha querido,
desde lo que él llama su mundo paralelo.
Charlotte Gainsbourg en Nymphomaniac. |
Melancolía (2011) fue la última película que realizó bajo los
efectos de las drogas, y Nymphomaniac volumen 1 y 2 fueron los primeros trabajos que
realizó completamente sobrio. Como seguidor de sus películas tengo que decir
que esta última obra sigue manteniendo la misma genialidad que las anteriores,
y que por lo que a mí respecta, el hecho de que la hubiera realizado sobrio no
ha dañado su arte.
En mi opinión la genialidad de Lars Von Trier sigue al mismo
nivel de siempre. Al que nos tiene acostumbrados. Nymphomaniac nos demostró que
el hecho de haber dejado las drogas no le están impidiendo, de momento, que genere
buenas piezas.
Un saludo,
Manuel García Oliva.
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